Selvas Húmedas Yucatecas

Estas húmedas selvas en la península de Yucatán, en el sureste de México, se caracterizan por un clima tropical húmedo con poco relieve topográfico. Esta ecorregión funciona como un importante corredor biológico entre la península norte de Yucatán y las selvas húmedas de América Central. Aunque hay pocas especies endémicas, la biodiversidad es alta. Varias reservas han proporcionado un cierto grado de protección al hábitat restante, pero la tala y la ganadería continúan destruyendo gran parte de estas selvas.

Ubicación geográfica de las Selvas Húmedas Yucatecas. Autor y crédito: Every-leaf-that-trembles – Wikipedia. Creative Commons 4.0.
Selva Húmeda Yucateca alrededor de la antigua ciudad maya de Cobá, noreste Yucatán; México. Autor y crédito: Carlos Delgado – Wikipedia. Creative Commons 3.0.
Vegetación playera en el Parque Nacional Tulum, Quintana Roo; México. Autor y crédito: Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Gobierno de México.

Las selvas húmedas de Yucatán son una ecorregión del bioma de bosques húmedos tropicales y subtropicales de hoja ancha, según la definición del Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife Fund, por sus siglas en Inglés). Se encuentran en la península de Yucatán, en el sur de México, el norte de Guatemala y el norte de Belice.

Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, Quintana Roo; México. Autor y crédito: Martha xucunostli – Wikipedia. Creative Commons 3.0.
Área de Protección de Flora y Fauna «Laguna de Términos», Campeche; México. Autor y crédito: Twitter @beltran_retis – México Ruta Mágica.
Área de Protección de Flora y Fauna Uaymil, Quintana Roo; México. Autor y crédito: Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Gobierno de México.

La ecorregión abarca una superficie de 69,849 kilómetros cuadrados. Tiene poco relieve topográfico. Gran parte de la ecorregión está formada por piedra caliza porosa, y a pesar de su clima húmedo, tiene pocos ríos permanentes. Limita al noroeste con los bosques secos semiáridos de Yucatán. Al sur se encuentran las selvas húmedas de Petén–Veracruz.

Manglar y flamencos en la Reserva de la Biósfera de Ría Lagartos, Yucatán; México. Autor y crédito: Adam Baker – Wikipedia. Creative Commons 2.0.
Área de Protección de Flora y Fauna «Yum Balam», Quintana Roo; México. Fuente: https://zomayholbox.com/en/holbox-island/discover-the-yum-balam-reserve/.
Área Natural Protegida de Balam-Kin, Campeche; México. Autor y crédito: Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Gobierno de México.

Selva alta subperennifolia

Las comunidades vegetales más comunes son bosques semiperennes altos y medianos. Los árboles forman un dosel de 20 a 35 metros de altura. Aproximadamente del 25 al 50% de los árboles pierden sus hojas durante la estación seca anual. Manilkara zapota es el árbol forestal más común; otros incluyen Brosimum alicastrum, Pimenta dioica, Lonchocarpus castilloi, Pouteria campechiana, Swietenia macrophylla, Alseis yucatanensis, Zuelania guidonia, Cedrela odorata, Swartzia cubensis, Ceiba pentandra, Orbignya cohune, Aspidosperma desmanthum y Aspidosperma megalocarpon. Las comunidades del lado de la cuenca del Caribe incluyen Anaxagorea costaricensis, Aspidosperma megalocarpon, Capparis pittieri, Carpotroche platyptera, Cassipourea elliptica, Dialium guianense, Magnolia yocoronte, Manilkara zapota, Pentaclethra macroloba, Virola guatemalensis, Virola koschnyi, Vochysia guatemalensis.

Chicozapote Manilkara zapota. Autor y crédito: Peri Lee Pipkin – Naturalista.
Brasil Calophyllum brasiliense. Autor y crédito: Gualberto Perez – Naturalista.
Machiche Lonchocarpus castilloi. Autor y crédito: Belize Karst Habitat Conservation – Naturalista.
Cacaoche Alseis yucatanensis. Autor y crédito: María Eugenia Mendiola González – Naturalista.
Corazón Azul Swartzia cubensis. Autor y crédito: Alexis López Hernández – Naturalista.
Manglillo Aspidosperma desmanthum. Autor y crédito: Mateo Hernandez Schmidt – Naturalista.

En las áreas estacionalmente inundadas conocidas como «bajos», crece el bosque semiperenne bajo y inundado. El dosel alcanza alturas de 8 a 10 metros, y aproximadamente la mitad de los árboles pierden sus hojas durante la estación seca. Entre los árboles típicos se encuentran Cameraria latifolia, Vachellia pringlei, Dalbergia glabra, Pisonia aculeata, Pithecellobium dulce, Pseudophoenix sargentii, Haematoxylon campechianum y Acoelorrhaphe wrightii. Los helechos y las epífitas son comunes.

Apomo, Mojote, Ramón (Brosimum alicastrum). Autor y crédito: R.E.Llanos – Naturalista.
Canistel Pouteria campechiana. Autor y crédito: JOSE JAVIER MAY CHAN – Naturalista.
Anona de Llano Casearia laetioides. Autor y crédito: Salvador Luna Vargas – Naturalista.
Ceiba Ceiba pentandra. Autor y crédito: Ute Welk – Naturalista.
Chiche Colorado Aspidosperma megalocarpon. Autor y crédito: Gil ramirez – Naturalista.
Balché Lonchocarpus violaceus. Autor y crédito: Nuno Simoes – Naturalista.

Ría Lagartos cuenta con numerosas especies de afinidad centroamericana y caribeña, es decir, especies cuya distribución geográfica se extiende desde los países de esa zona hasta los estados de México que colindan con el Mar Caribe. Entre estas, encontramos a la flor de mayo (Plumeria obtusa), kuká (Pseudophoenix sargentii), chit (Thrinax radiata), tasiste (Acoelorrhaphe wrightii) y palma real (Roystonea regia).

Pimienta Gorda Pimenta dioica. Autor y crédito: Nathaline E. Taylor Aquino – Naturalista.
Caoba Swietenia macrophylla. Autor y crédito: Christian Grenier – Naturalista.
Cedro Cedrela odorata. Autor y crédito: monicaalejandravazquez – Naturalista.
Gavilán Pentaclethra macroloba. Autor y crédito: annemariesch7 – Naturalista.
Barbasco Piscidia piscipula. Autor y crédito: bobsaunders – Naturalista.
Corozo Attalea cohune. Autor y crédito: Stefan Gleissberg – Naturalista.

La ecorregión tiene un clima tropical húmedo. La precipitación media anual varía de 1,000 a 1,500 mm, siendo generalmente más baja en el norte y más alta en el sur y este. La lluvia presenta variaciones estacionales, siendo agosto y septiembre los meses más secos.

Coquito Pseudobombax ellipticum. Autor y crédito: JOSE JAVIER MAY CHAN – Naturalista.
Preslianthus pittieri.
Carpotroche platyptera. Autor y crédito: capepolly – Naturalista.
Cassipourea elliptica. Autor y crédito: Fermín Hernández.
Palo de Lacandón Dialium guianense. Autor y crédito: Silvano LG – Naturalista.
Virola koschnyi. Autor y crédito: Carrie Seltzer – Naturalista.

Selva mediana subperennifolia

A este tipo de selva también se le conoce como ka’anal ya’ax k’aax (monte alto y verde) en lengua maya (Flores-Guido y Espejel, 1994). Este tipo de selvas se encuentran en una gran porción de los estados de Quintana Roo y Campeche, pero en Yucatán sólo se localiza en la región central y en la porción noreste. La selva que se encuentra en la Zona Núcleo IV, es un relicto único en la parte más al norte del continente.

Apomo, Mojote, Ramón Brosimum alicastrum. Autor y crédito: R.E.Llanos – Naturalista.
Chechen Prieto Metopium brownei. Autor y crédito: R.E.Llanos – Naturalista.
Guayacán Guaiacum sanctum. Autor y crédito: jennlaru – Naturalista.
Palma Botella Roystonea regia. Autor y crédito: Egor Dyukarev – Naturalista.

El tipo de suelo en el que se desarrolla esta vegetación es calizo, permitiendo así tener una gran permeabilidad que sustituye al drenaje rápido de los suelos con pendientes. Otra característica distintiva es que 25% de sus árboles pierden sus hojas durante la época seca y tienen una altura promedio de 18 a 20 m aunque algunos pueden llegar a alcanzar hasta los 25 m (Campos y Durán, 1991). Entre las principales especies que componen este tipo de vegetación se encuentran el zapote (Manilkara zapota), el ramón (Brosimun alicastrum), la guaya (Talisia olivaeformis), el chaka’ (Bursera simaruba), el chechem (Metopium brownei), caracolillo (Sideroxylon foetidissimum), kataloox (Swartzia cubensis) y el tsalam (Lysiloma latisiliquum). El zapote se destaca por ser una de las especies arbóreas más frecuentes y dominantes, característica de distintas comunidades en la Península de Yucatán.

Guaya Melicoccus oliviformis. Autor y crédito: marielacm27 – Naturalista.
Sideroxylon foetidissimum. Autor y crédito: Jairo Uribarri – Naturalista.
Pimienta Gorda Pimenta dioica. Autor y crédito: Emmanuel Garcia Gutierrez – Naturalista.
Guano de Costa Thrinax radiata. Autor y crédito: James Bailey – Naturalista.

En esta vegetación se encuentran asociaciones de palmas de diversos tipos. En algunos casos se encuentran formando parte importante de ciertos tipos de vegetación, y en otros pueden formar palmares casi puros, tanto de naturaleza primaria como favorecidas por la acción del hombre (Quero, 1992). En cualquier caso, estas asociaciones no se presentan de una manera continua, sino que generalmente forman agrupaciones de tamaño variable. Las especies características de palma son: Coccothrinax readii (nakax) y Thrinax radiata (chit) ambas son abundantes en el estrato medio de selvas medianas subperennifolias y bajas subcaducifolias de la vertiente del Caribe, de la Península de Yucatán (Gutiérrez, 1983; Olmsted y Ercilla, 1988; Olmsted et al., 1999).

Chicozapote Manilkara zapota. Autor y crédito: Salvador Luna Vargas – Naturalista.
Corazón Azul Swartzia cubensis. Autor y crédito: raauulmendez – Naturalista.
Canistel Pouteria campechiana. Autor y crédito: José Arturo Morales Tirado – Naturalista.
Palma Nakás Coccothrinax readii. Autor y crédito: Sebastián de Jesús Herrera Buenfil – Naturalista.

Las especies de palma más importantes en este tipo de selva son: chit (Thrinax radiata), nakax (Coccothrinax readii), huano (Sabal japa) y palma real (Roystonea regia). Asimismo, como parte de las selvas subperennifolias, también se puede encontrar al guayacán (Guaiacum sanctum) cuyas poblaciones son escasas ya que han sido explotadas de manera excesiva.

Palo Mulato Bursera simaruba. Autor y crédito: Matt Becker – Naturalista.
Tsalam Lysiloma latisiliquum. Autor y crédito: Larry Swift – Naturalista.
Cacaoche Alseis yucatanensis. Autor y crédito: Luis Humberto Vicente-Rivera – Naturalista.
Palma de Guano Sabal yapa. Autor y crédito: Mauricio Soto David – Naturalista.

Petenes

El petén se puede definir como una formación geomorfológica ocupada por comunidades de diferentes tipos de vegetación. Es una agrupación de elementos arbóreos, arbustos y herbáceos cuya estructura y distribución le dan una fisonomía especial (Flores y Espejel, 1994). Esta asociación se presenta como islas de vegetación arbórea inmersas en una matriz de humedales. Según el diccionario Inglés-Maya-Español del Centro de Estudios del Mundo Maya (Romero, 2000), la palabra maya petén significa isla.

Metopium toxiferum. Autor y crédito: bennett-s – Naturalista.
Amate Negro Ficus cotinifolia. Autor y crédito: Gerson Herrera – Naturalista.
Plumeria pudica. Autor y crédito: Justin Donahue – Naturalista.
Tasiste Acoelorraphe wrightii. Autor y crédito: axelvasquez20 – Naturalista.

Barrera (1982) describe a este ecosistema como islas circulares en las que diferentes asociaciones vegetales se distribuyen en círculos concéntricos, de tal manera que el manglar o tular queda en la periferia y en el centro hay vegetación de selva o bien una interesante mezcla de elementos selváticos y de manglar (Durán, 1987). En los petenes la composición florística es más rica que en la vegetación circundante y se considera que la complejidad estructural de cada petén aumenta conforme se incrementa su tamaño.

Yucateco Ficus microcarpa. Autor y crédito: Glenn Ehrenberg – Naturalista.
Palo de Campeche Haematoxylum campechianum. Autor y crédito: JOSE JAVIER MAY CHAN – Naturalista.
Mangle Botoncillo Conocarpus erectus. Autor y crédito: Andrea Vera – Naturalista.
Guano de Costa Thrinax radiata. Autor y crédito: R.E.Llanos – Naturalista.

Una zona importante de petenes se encuentra en la parte oriental y sureste de la Reserva, y ocupa planicies inundables de las marismas. Su forma es circular o elipsoide, en donde la parte central se eleva en relación a las orillas y generalmente están asociados a manantiales de agua dulce o en algunos casos a cenotes. Las condiciones hidrológicas de los petenes determinan de manera importante las características bióticas de la comunidad. Los afloramientos de los petenes funcionan como manantiales mareales donde el flujo de agua aumenta y disminuye en relación directa con las mareas (Trejo-Torres, 1993). La presencia de afloramientos de agua dulce y buena calidad del suelo permite que los árboles tengan una mayor altura, la cual contrasta con la poca cobertura vegetal a su alrededor.

Cacalosúchil Plumeria rubra. Autor y crédito: Steve Gallagher – Naturalista.
Ficus crassinervia. Autor y crédito: Alexis López Hernández – Naturalista.
Manilkara chicle. Autor y crédito: Richard Stanway  – Wikipedia: Creative Commons: Dominio Público.
Palma de Guano Sabal yapa. Autor y crédito: Jim Brighton – Naturalista.

La zonación en los petenes, a partir del centro, consta de especies de gran altura de los géneros Metopium, Ficus, Plumeria, Manilkara, Thrinax y Sabal. Hacia los extremos se encuentra Haematoxylum campechianum y otras especies características de la selva baja inundable. En la zona media se encuentra un anillo de Acoelorrhaphe wrightii y Conocarpus erectus. En la periferia se encuentra un anillo de tular, carrizal y pastizal, definido por especies como Phragmites australis, Cladium jamaicensis y Typha dominguensis, que se extienden por la planicie inundable del marisma (INE, 1999).

Chicozapote Manilkara zapota. Autor y crédito: Alberto Lozano – Naturalista.
Chechen Prieto Metopium brownei. Autor y crédito: Javier Villegas Sierra – Naturalista.
Frangipani Blanco Plumeria obtusa. Autor y crédito: rosita_rh – Naturalista.
Apachite Sabal mexicana. Autor y crédito: Cynthia Sechrest – Naturalista.

Selva baja (caducifolia, caducifolia espinosa e inundable)

A la selva baja caducifolia también se le conoce como koo k’aax o koolche’ (monte que tira sus hojas) y a la selva baja caducifolia espinosa como mok’ochche o mokox che’ (monte bajo que tira sus hojas y tiene árboles con espina) en lengua maya (Flores-Guido y Espejel, 1994). Una de las características más importantes de la selva baja caducifolia es que sus árboles tiran 100% de su follaje en la época de secas (i.e., entre cinco y seis meses). Esta comunidad es sumamente densa, en la cual los árboles alcanzan alturas entre 8 y 12 m. El color del follaje es verde claro a diferencia del verde oscuro de las selvas subperennifolias.

Palo Mulato Bursera simaruba. Autor y crédito: cougarteeth – Naturalista.
Chicozapote Manilkara zapota. Autor y crédito: lupita_valle – Naturalista.
Tasiste Acoelorraphe wrightii. Autor y crédito: ovilla82 – Naturalista.
Guamúchil Pithecellobium dulce. Autor y crédito: tunnelrat83 – Naturalista.
Pitayo Viejo Nekisin Pilosocereus gaumeri. Autor y crédito: Raúl E. Castillo Cupul – Naturalista.

Este tipo de selva es abundante en el norte de la Península de Yucatán; ocupa también una pequeña extensión en el norte de Campeche y se encuentra poco representada en el estado de Quintana Roo (Campos y Durán, 1991; Salvador y Espejel, 1994). La selva baja caducifolia con cactáceas candelabriformes se desarrolla desde El Cuyo hasta Sisal, donde ocurren cambios bruscos y pasa a una selva baja caducifolia con leguminosas espinosas (Campos y Durán, 1991). Algunas especies características de la selva baja caducifolia son el chacáh (Bursera simaruba), el pochote (Ceiba aesculifolia), palo de tinte (Haematoxylum campechianum), ramón (Brosimum alicastrum), tasiste (Acoelorrhaphe wrightii) y guayacán (Guaiacum sanctum). Algunas de las especies representativas de cactáceas son: el x-kan choch (Pilosocereus gaumeri), cactus columnar (Pterocereus gaumeri), el tsakam (Nopalea gaumeri) y la tuna (Selenicereus donkelaarii).

Pochote Ceiba aesculifolia. Autor y crédito: Carlos Domínguez-Rodríguez – Naturalista.
Guayacán Guaiacum sanctum. Autor y crédito: debimaern1950 – Naturalista.
Chiche Colorado Aspidosperma megalocarpon. Autor y crédito: Emilio Palomeque Figueroa – Naturalista.
Palma Kuká Pseudophoenix sargentii. Autor y crédito: Ermilo López-Cobá – Naturalista.
Órgano Kanzacam Pterocereus gaumeri. Autor y crédito: Gaell Mainguy – Naturalista.

La selva baja caducifolia del estado de Yucatán tiene ciertas particularidades tal como la presencia de cactáceas columnares y globosas. El cactus columnar (Pterocereus gaumeri) es una especie importante por ser considerada como un relicto en vías de desaparecer, siendo muy susceptible a la modificación de su hábitat. Asimismo, la biznaga —pol tsakam o cubanito— (Mammillaria gaumeri) es una especie endémica de distribución restringida a la zona norte del estado y en la selva baja caducifolia espinosa del cordón litoral. Se le considera en peligro de extinción por la alteración de su hábitat (Leirana-Alcocer y Parra-Tabla, 1999; Méndez, 2003; Méndez et al., 2005).

Palo de Campeche Haematoxylum campechianum. Autor y crédito: Ana Josefa López Sandoval – Naturalista.
Ciricote Cordia dodecandra. Autor y crédito: Lynne Correia – Naturalista.
Corozo Attalea cohune. Autor y crédito: Kent Ross – Naturalista.
Vachellia pringlei. Autor y crédito: Salvador Luna Vargas – Naturalista.
Xpakan Opuntia gaumeri. Autor y crédito: Luis Trinchan – Naturalista.

Por otro lado, también se destaca el siricote (Cordia dodecandra) cuya distribución en México se encuentra restringida en la vertiente del Golfo de México, desde el estado de Veracruz hasta la Península de Yucatán. En esta última, no es muy abundante y ha sido sobreexplotada. Tiene un gran valor económico y es considerada como una madera preciosa.

Apomo, Mojote, Ramón Brosimum alicastrum. Autor y crédito: ursula_santamaria56 – Naturalista.
Chechen Prieto Metopium brownei. Autor y crédito: Robert Levy – Naturalista.
Corazón Azul Swartzia cubensis. Autor y crédito: lolinameg – Naturalista.
Chechén Blanco de Sabana Cameraria latifolia. Autor y crédito: Alexis López Hernández – Naturalista.
Pitayita Nocturna Selenicereus grandiflorus ssp. donkelaarii. Autor y crédito: rpmundo – Naturalista.

Por otro lado, la selva baja inundable, popularmente conocida como akalché, se da en suelos que poseen materia orgánica, esto debido a que permanecen inundados durante la época de lluvias; presenta pocas afloraciones rocosas y son obscuros con un drenaje muy lento. El estrato arbóreo de esta selva está constituido por individuos con una altura promedio de 7 m, de los cuales 50% pierde sus hojas durante la época seca. Los árboles con mayor altura, área basal y frecuencia, son el palo de tinte (Haematoxylon campechianum), chechem (Metopium brownei) y zapote (Manilkara zapota).

Gallito Aechmea bracteata. Autor y crédito: Daniel Juarez Santiago – Naturalista.
Piñuela o Timbiriche Bromelia pinguin. Autor y crédito: jorgeortizv – Naturalista.
Gallito Tillandsia fasciculata. Autor y crédito: Julie Ibarra – Naturalista.
Paxtle Tillandsia usneoides. Autor y crédito: VMC Las Naranjas – Naturalista.
Cyrtopodium punctatum. Autor y crédito: Logan Crees – Naturalista.
Trichocentrum ascendens. Autor y crédito: Alexis López Hernández – Naturalista.

Otros dos grupos prioritarios en estas selvas son las bromelias (Aechmea bracteata, Bromelia alsodes, Bromelia pinguin, Tillandsia dasyliriifolia, Tillandsia fasciculata, Tillandsia recurvata, Tillandsia usneoides) y las orquídeas (Catasetum integerrimum, Cyrtopodium punctatum, Encyclia belizensis, Oncidium ascendens, Oncidium cebolleta, Ryncholaelia digbyana, Myrmecophila tibicinis).

Chak Salbay Bromelia alsodes. Autor y crédito: Lauren Harter – Naturalista.
Gallinita Tillandsia dasyliriifolia. Autor y crédito: alexpacheco – Naturalista.
Paixtle Tillandsia recurvata. Autor y crédito: Steven Mlodinow – Naturalista.
Cola de Pato Catasetum integerrimum. Autor y crédito: Daniel Juarez Santiago – Naturalista.
Encyclia belizensis. Autor y crédito: Jan Meerman – Naturalista.
Cebolleta Trichocentrum cebolleta. Autor y crédito: J Alejandro Rios Solis – Naturalista.

Manglar

Este tipo de vegetación se conoce como k’aak’che’il (“monte que está en contacto con agua de mar” en lengua maya). El manglar es un tipo de vegetación arbórea que constituye un valioso elemento de estructura y función de los ecosistemas costeros, el cual se encuentra en aguas salinas y salobres. Cubre grandes extensiones, especialmente en las ciénagas donde penetran las aguas del mar. Su presencia está condicionada al tipo de morfología de la zona de inundación, la inmersión periódica ocasionada por la amplitud de las mareas y la fluctuación de la salinidad. Es un ecosistema primario que constituye un sistema filtrador de nutrientes, sintetizador de materia orgánica y exportador de detritus, además de sustentar las cadenas tróficas cercanas a la costa (FloresGuido y Espejel, 1994; Trejo-Torres et al., 1993a; Odum, 1985).

Mangle Colorado Rhizophora mangle. Autor y crédito: Magoreti Campos – Naturalista.
Mangle Prieto Avicennia germinans. Autor y crédito: Sula Vanderplank – Naturalista.
Uvero Coccoloba uvifera. Autor y crédito: anastasia_oikonomidou_o – Naturalista.
Acrostichum aureum. Autor y crédito: JUAN FRANCISCO BÁRCENAS GRANIEL – Naturalista.

El manglar puede desarrollarse como una comunidad densa y alta, o bien en forma de matorral bajo, aun si se trata de la misma especie. Su sistema de raíces ha evolucionado para adaptarse a condiciones adversas (p.ej. falta de oxígeno y el embate del oleaje); esto los convierte en excelentes amortiguadores de tormentas y huracanes, por lo que protegen la línea de costa de la erosión marina. Este ecosistema se caracteriza por ser altamente productivo, ya que recibe aportes de agua y nutrientes de ríos y manantiales, además de la energía producida por las mareas. Este tipo de vegetación conforma una de de las comunidades que contribuyen con grandes cantidades de detritus a la laguna costera en la Reserva (Trejo-Torres et al., 1993a; INEGI, 2000; Andrade, 1997).

Mangle Botoncillo Conocarpus erectus. Autor y crédito: rolandwirth – Naturalista.
Mangle Piñuelo Pelliciera rhizophorae. Autor y crédito: braquel_wildlife – Naturalista.
Hibisco Marítimo Hibiscus tiliaceus. Autor y crédito: Carlos Domínguez-Rodríguez – Naturalista.
Verdolaga de Playa Sesuvium portulacastrum. Autor y crédito: Alex Binck – Naturalista.

La distribución del manglar en la ría está segmentada y se asocia con otros ecosistemas como el de tular-pastizal-carrizal, con selva baja caducifolia inundable, vegetación de duna costera y petenes. Las interacciones entre el manglar y estos sistemas promueven el incremento en la diversidad de plantas y animales (Andrade, 1997).

Bacao de Filipinas Bruguiera gymnorhiza. Autor y crédito: frog18k – Naturalista.
Clemón Thespesia populnea. Autor y crédito: Yazlin Marrufo – Naturalista
Salicornia depressa. Autor y crédito: A Humble Thing – Naturalista.
Saladilla Batis maritima. Autor y crédito: Blake Ross – Naturalista.

En Ría Lagartos se presentan dos tipos: el manglar de franja y el manglar achaparrado. El manglar de franja se presenta en el borde del canal, en la desembocadura de la ría, en el sur y sureste de la ciénaga. Este tipo de vegetación se encuentra permanentemente inundada por agua salada; es una comunidad muy densa, con una altura promedio de 10 m. Las especies más comunes son Rhizophora mangle, Avicennia germinans, Conocarpus erectus, Sesuvium portulacastrum, Salicornia virginica, Batis maritima y 31 Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas Ficus tecolutensis, aunque menos abundante, también se presenta el mangle blanco (Laguncularia racemosa) (Campos y Durán, 1991).

Ficus tecolutensis. Autor y crédito: Red de Viveros de Biodiversidad
Coatepec, Veracruz, México.
Mangle Blanco Laguncularia racemosa. Autor y crédito: Sue Carnahan – Naturalista.
Mangle Bicolor Avicennia bicolor. Autor y crédito: Rene Villanueva – Naturalista.
Rhapidophyllum hystrix. Autor y crédito: Vincent Mario Falvo – Naturalista.

Pastizal inundable

Este tipo de vegetación se le conoce como chak’an (extensión plana con zacate), yo’tsat o yo’ko’op (monte bajo herbáceo en hondonada pequeña e inundable) en lengua maya (Flores-Guido y Espejel, 1994). Es una comunidad dominada por hierbas y arbustos. La característica más importante es que posee especies arbustivas y tienen como especies dominantes a las gramíneas y ciperáceas (plantas herbáceas perennes) del estrato herbáceo (Pennington y Sarukhán, 1998). Presenta suelos arcillosos, profundos y con gran cantidad de materia orgánica y se inundan en la época de lluvias.

Cortadera Cladium mariscus ssp. jamaicense. Autor y crédito: Joe MDO – Naturalista.
Camalote Megathyrsus maximus. Autor y crédito: kaf213 – Naturalista.
Cebollín Eleocharis geniculata. Autor y crédito: mariana_bravo_mendoza – Naturalista.
Junco Gigante Schoenoplectus tabernaemontani. Autor y crédito: Patrick Hacker – Naturalista.
Tule Typha domingensis. Autor y crédito: Efraín Octavio Aguilar Pérez – Naturalista.

El pastizal inundable se localiza en sitios donde el manto freático llega a la superficie y el terreno está ligeramente hundido, y generalmente existe una asociación pastizales-petenes (Barrera, 1982). Las principales especies presentes son jol che’ o zacate cortadera (Cladium jamaicense), jalal o cañote (Phragmites australis), Eleocharis cellulosa, Eleocharis geniculata y zacate o su’uk (Paspalum blodgettii). Algunas veces se presenta un tipo de palma o tasiste (Acoelorraphe wrightii) (Campos y Durán, 1991). También es un hábitat importante para el halcón caracolero (Rostrhamus sociabilis), para aves acuáticas como la grullita (Aramus guarauna), así como para el venado cola blanca (Odocoileus virginianus) y el pavo ocelado (Meleagris ocellata) (Andrade, 1997).

Carrizo Phragmites australis. Autor y crédito: James Bailey – Naturalista.
Eleocharis interstincta. Autor y crédito: Sean Patton – Naturalista.
Tule Cola de Gato Typha latifolia. Autor y crédito: mhays – Naturalista.
Panicum repens. Autor y crédito: larvalfishguy – Naturalista.
Paspalum blodgettii. Autor y crédito: Noah Frade – Naturalista.

Además, como parte del pastizal se incluye la asociación denominada tular-carrizal-pastizal, la cual ocurre en suelos planos e inundables. Una de las asociaciones más ampliamente distribuidas son las de jalal o cañote (Phragmites australis), jol che’ o zacate cortadera (Cladium jamaicensis), y Tule o poop (Typha dominguensis), cubriendo grandes extensiones de pantanos, aguadas y cuerpos de agua. También se ve entremezclada con manglares, selva baja caducifolia y petenes.

Eleocharis cellulosa. Autor y crédito: Joe MDO – Naturalista.
Cola de Golondrina Sagittaria lancifolia. Autor y crédito: Devin Oehler – Naturalista.
Paspalum fimbriatum. Autor y crédito: Kevin Faccenda – Naturalista.
Tasiste Acoelorraphe wrightii. Autor y crédito: Rich Hoyer – Naturalista.
Verdolaga de Puerco Bacopa monnieri. Autor y crédito: Gerardo Marrón – Naturalista.

Playas y duna costera

Las playas son extensiones del litoral compuestas por arena calcárea, casi pura, con partículas de arcilla, que retienen la humedad y los nutrientes. El nitrógeno es escaso por la nula descomposición de materia orgánica. Los vientos fuertes ayudan a la transportación de arena desde las playas a otros ecosistemas. En la Reserva las playas son importantes para la anidación de especies de tortuga marina con categoría en peligro de extinción, como la carey (Eretmochelys imbricata) y la blanca (Chelonia mydas) y esporádicamente la laúd (Dermochelys coriacea) y la caguama (Caretta caretta). De acuerdo a datos arrojados por el Programa de Conservación de las tortugas marinas, en la temporada 2006 se reportaron como los sitios de mayor incidencia de arribazón los siguientes puntos (ver cuadro).

Palma Kuká Pseudophoenix sargentii. Autor y crédito: Juan Cruzado Cortés – Naturalista.
Hierba de Fuego Heliotropium curassavicum. Autor y crédito: Pat Deacon – Naturalista.
Uvero Coccoloba uvifera. Autor y crédito: alicetarog – Naturalista.
Bejuco de Mar Ipomoea pes-caprae. Autor y crédito: Flor Jaramillo – Naturalista.

Las dunas son grandes acumulaciones de arena de forma ondulada, características del litoral costero; su forma, tamaño y orientación dependen básicamente de la velocidad y dirección del viento (Andrade, 1997). Las especies presentes en esta vegetación se distribuyen en función de su tolerancia a factores limitantes y a un gradiente que va de muy adverso (cerca de la playa) a menos adverso (hacia tierra adentro); esto permite reconocer dos comunidades que conforman la vegetación de dunas costeras: la comunidad de pioneras y la de matorrales (Espejel, 1984). Otros factores limitantes como la alta salinidad, la amplitud de las mareas y los fuertes vientos son factores limitantes para la flora y la fauna (Martínez et al., 1993). Por otro lado, la duna costera juega un importante papel contra la erosión, pues estabiliza y fija el sustrato; además, el potencial ornamental de muchas de sus especies le confiere un gran valor ecológico, económico y científico.

Palma Nakás Coccothrinax readii. Autor y crédito: Biol. Francisco Javier Ibarra Franco – Naturalista.
Tabaquillo Tournefortia gnaphalodes. Autor y crédito: mariana_bravo_mendoza – Naturalista.
Coccoloba diversifolia. Autor y crédito: Juan Carlos Pérez Magaña – Naturalista.
Verdolaga de Playa Sesuvium portulacastrum. Autor y crédito: giselagm – Naturalista.

En la Reserva, la vegetación de dunas ocupa la barra litoral que limita con la laguna costera por la parte norte y presenta especies en peligro de extinción como: la palma kuká (Pseudophoenix sargentii) la palma nakax (Cocothrinax readii) así como especies endémicas como el ak’its (Echites yucatanenses) y chechem blanco (Sebastiania adenophora). La extensión que ocupa esta vegetación es muy variable y está relacionada con el ancho de la barra.

Biperol Echites yucatanensis. Autor y crédito: Alexis López Hernández – Naturalista.
Palo de Rosa Tara vesicaria. Autor y crédito: Daniel Correia – Naturalista.
Guano de Costa Thrinax radiata. Autor y crédito: Vivero Forestal Riviera Maya – Naturalista.
Alfombrilla Abronia maritima. Autor y crédito: Jorge H. Valdez – Naturalista.

Esta vegetación de duna costera difiere de las demás costas del país por el clima semiárido y por la mezcla de las especies de manglar y selva baja. Como especies pioneras están presentes: la riñonina (Ipomoea pes-caprae) y la verdolaga de playa (Sesuvium portulacastrum). Entre las especies más comunes del matorral están: chiin took’ (Caesalpinia vesicaria), hulub (Bravaisia berlanderiana), la uva de mar (Coccoloba uvifera), el chit (Thrinax radiata) y la kuka’ (Pseudophoenix sargentii) (Espejel, 1984; Campos y Durán, 1991). A este tipo de vegetación de duna costera se le llama Tsakanche’ (matorral espinosos), k’aak’che’il o kanche’il (monte que está en contacto con el agua de mar) en lengua maya (Flores-Guido y Espejel, 1994).

Manzanita Lantana involucrata. Autor y crédito: jac12345 – Naturalista.
Uva de Mar Scaevola plumieri. Autor y crédito: Ana Josefa López Sandoval – Naturalista.
Chechem Blanco Sebastiania adenophora. Autor y crédito: Neptalí Ramírez Marcial – Naturalista.
Julub Bravaisia berlandieriana. Autor y crédito: Styv De Jesús Calva – Naturalista.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.