Bosque Subpolar Magallánico – II

Bosque Magallánico Siempreverde

El bosque lluvioso magallánico está compuesto principalmente por Nothofagus betuloides, junto con otros árboles perennes, principalmente Drimys winteri y Pilgerodendron uviferum. Además, ocasionalmente pueden estar presentes Embothrium coccineum y Maytenus magellanica. En rodales de bosque bien establecidos, es probable que se desarrolle una capa arbustiva rica en especies. En áreas expuestas, rocosas y mal drenadas, se pueden encontrar bolsas de Nothofagus antarctica caducifolio y especies típicas de páramo. En el sector norte también se le suma el cohiue de Chiloé (Nothofagus nitida) y el mañío de hojas punzantes (Podocarpus nubigenus).

Coigüe Blanco (Nothofagus betuloides). Autor y crédito: Agustin Cifuentes Oportus – Naturalista.
Canelo (Drimys winteri). Autor y crédito: Hugo Hulsberg – Naturalista.
Ciprés de Las Guaitecas (Pilgerodendron uviferum). Autor y crédito: martinoli – Naturalista.
Tepú (Metrosideros stipularis). Autor y crédito: Leonardo Mondaca Lara – Naturalista.

A medida que uno se desplaza hacia el este, donde la precipitación disminuye a 800-850 mm/a, Nothofagus betuloides se vuelve menos dominante y se mezcla con el Nothofagus pumilio caducifolio en la transición a la comunidad del bosque deciduo. El bosque caducifolio magallánico está compuesto principalmente por Nothofagus pumilio y Nothofagus antarctica. Cuando se alcanza la región más seca, en la sombra de lluvia al este de las montañas, los bosques desaparecen, dando paso a las regiones de pastizales de la Patagonia.

Haya Antártica (Nothofagus antarctica). Autor y crédito: Laura Varano – Naturalista.
Maytén o Leñadura (Maytenus magellanica). Autor y crédito: Pablo – Naturalista.
Mañío de Hojas Cortas (Saxegothaea conspicua). Autor y crédito: Jeff Bisbee – Naturalista.
Tineo (Weinmannia trichosperma). Autor y crédito: Rolando Díaz Fuentes – Naturalista.

Bosques Magallánicos australes que suelen estar dominados por Nothofagus betuloides, con alturas de dosel de 8-15 m. Estos son muy densos y húmedos, con un sotobosque de pequeños árboles y arbustos, ricos en epífitas. Las localidades con orientación oeste, influenciadas por la humedad y las lluvias de origen oceánico, tienen un estrato inferior compuesto por colchones encharcados de briofitas y líquenes que cubren el suelo del bosque y forman montículos de hasta 2 m de altura y capaces de trepar 4-5 m por los troncos de los árboles. Las especies diagnósticas son Chusquea macrostachya, Desfontainia spinosa, Drimys winteri, Luzuriaga marginata, Maytenus magellanica, Mitraria coccinea, Nothofagus betuloides, Podocarpus nubigenus y Saxegothea conspicua.

Coigüe de Chiloé (Nothofagus nitida). Autor y crédito: Eitel Carlos Thielemann Pinto – Naturalista.
Mañío Macho (Podocarpus nubigenus). Autor y crédito: Jeff Bisbee – Naturalista.
Lenga (Nothofagus pumilio). Autor y crédito: Pablo Preliasco – Naturalista.
Maitén (Maytenus boaria). Autor y crédito: Tom Ferguson – Naturalista.

Este macrogrupo representa los bosques magallánicos australes, generalmente dominados por Nothofagus betuloides, con un dosel de aproximadamente 8-15 m de altura. Estos bosques son muy densos y húmedos, con un sotobosque de árboles y arbustos pequeños, ricos en epífitas, y un estrato inferior característico que consiste en una masa densa y encharcada de briofitas (musgos y hepáticas) y líquenes, que cubre completamente el suelo del bosque, formando montículos de hasta 2 m de altura y trepando por los troncos de los árboles a más de 4-5 m de altura.

Michay (Berberis ilicifolia). Autor y crédito: Carlos Schmidtutz – Naturalista.
Chaura (Gaultheria mucronata). Autor y crédito: Pablo – Naturalista.
Escallonia serrata. Autor y crédito: María Regina Silva – Naturalista.
Lomariocycas magellanica. Autor y crédito: Benjamín Saucedo – Naturalista.

Esta descripción corresponde a localidades con orientación oeste, que están influenciadas por la humedad y las lluvias de origen oceánico, mientras que las laderas orientales no tienen la cobertura de briofitas y epífitas. Las especies diagnósticas son Nothofagus betuloides, Mitraria coccinea, Maytenus magellanica, Desfontainia spinosa, Podocarpus nubigenus, Berberis ilicifolia, Saxegothea conspicua, Drimys winteri, Chusquea macrostachya, Luzuriaga marginata, Blechnum magellanicum, entre otras.

Calafate (Berberis microphylla). Autor y crédito: Leandro Ayué.
Aretillo Sudamericano (Fuchsia magellanica). Autor y crédito: Julia Ariadna – Naturalista.
Botellita (Mitraria coccinea). Autor y crédito: paul_amouroux – Naturalista.
Helecho Pluma de Mar (Blechnum penna-marina). Autor y crédito: Edoardo Bompiani – Naturalista.

Llama la atención la falta de las bambúseas del género Chusquea, las que dominaban el sotobosque Valdiviano. Entre los arbustos, los más conocidos son las berberidáceas, como los calafates (Berberis ilicifolia y Berberis microphylla), el tepú (Tepualia stipularis), Pseudopanax laetevirens, la parrilla (Ribes magellanicum), la chaura (Pernettya mucronata), el chilco (Fuchsia magellanica), Chiliotrichum diffusum, Hebe elliptica, Escallonia serrata, etc.

Sauco del Diablo (Raukaua laetevirens). Autor y crédito: Carlos E. Valdivia – Naturalista.
Mata Negra (Chiliotrichum diffusum). Autor y crédito: Pedro Cardia – Naturalista.
Desfontainia spinosa. Autor y crédito: Tim – Naturalista.
Frutilla del Diablo (Gunnera magellanica). Autor y crédito: Nicolás Villaseca Merino – Naturalista.

Generalmente dominado por varias especies de amancay, de orquídeas terrestres, de helechos, y herbáceas diversas. Destacan: Arachnites uniflora, Blechnum penna-marina, Senecio acanthifolius, Codonorchis lessonii, Gunnera magellanica, Deschamsia flexuosa, Adenocaulon chilense, Osmorrhiza berteroi, Rubus geoides, Asarca, Chloraea, Oxalis, etc.

Parrilla (Ribes magellanicum). Autor y crédito: mariamartacozzarin – Naturalista.
Veronica elliptica. Autor y crédito: D. J. King – Naturalista.
Notro (Embothrium coccineum). Autor y crédito: Pablo – Naturalista.
Frutilla de Magallanes (Rubus geoides). Autor y crédito: Damon Tighe – Naturalista.

Tundra Magallánica

La tundra magallánica es una ecorregión en los archipiélagos patagónicos al sur de la latitud 48° S. Se caracteriza por una alta precipitación con una vegetación de matorrales, turberas y parches de bosque en áreas más protegidas. Las plantas en cojín, las plantas similares a hierbas y los briofitos son comunes.

Abrotanella emarginata. Autor y crédito: Frin Ross – Naturalista.
Coigüe Blanco (Nothofagus betuloides). Autor y crédito: Nodora L. Moyano – Naturalista.
Caltha appendiculata. Autor y crédito: Miguel A. Casado – Naturalista.
Canelo (Drimys winteri). Autor y crédito: Phil P. – Naturalista.
Kelleria dieffenbachii. Autor y crédito: rowanny – Naturalista.

En la actualidad, hay áreas dispersas de tundra magallánica tan al norte como en las tierras altas de la Cordillera del Piuchén (latitud 42° 22′ S) en la Isla de Chiloé. Durante la glaciación de Llanquihue, la tundra magallánica se extendía hacia las tierras bajas no glaciadas de la Isla de Chiloé y más al norte hasta las tierras bajas del distrito de los lagos de Chile (latitud 41° S). La clasificación de la tundra magallánica ha resultado problemática, ya que el sustrato, las bajas temperaturas y la exposición al océano influyen en su desarrollo. Por lo tanto, puede calificar tanto como tundra polar como brezal.

Caltha dionaeifolia. Autor y crédito: Flavien Saboureau – Naturalista.
Maytén o Leñadura (Maytenus magellanica). Autor y crédito: Nodora L. Moyano – Naturalista.
Drosera uniflora. Autor y crédito: Leonardo Mondaca Lara – Naturalista.
Ciprés de Las Guaitecas (Pilgerodendron uviferum). Autor y crédito: MatiasG – Naturalista.
Maillico (Caltha sagittata). Autor y crédito: Mike Wood – Naturalista.

Los suelos suelen ser ricos en turba y materia orgánica, y pobres en bases. A menudo también están saturados de agua. Los granitoides, esquistos y rocas volcánicas antiguas constituyen el basamento sobre el cual se desarrollan los suelos. Cualquier regolito previamente existente ha sido erosionado por las glaciaciones cuaternarias. No es raro que las superficies de roca desnuda se expongan en el interior de las islas. El clima donde crece la tundra magallánica se puede definir como oceánico, nevado e isotérmico, con veranos frescos y ventosos. En la clasificación climática de Köppen, tiene un clima de tundra ET.

Donatia fascicularis. Autor y crédito: danielavargaspineiro – Naturalista.
Tepú (Metrosideros stipularis). Autor y crédito: Tony Rebelo – Naturalista.
Ciprés Enano (Lepidothamnus fonkii). Autor y crédito: Carlos E. Valdivia – Naturalista.
Tineo (Weinmannia trichosperma). Autor y crédito: Nodora L. Moyano – Naturalista.
Onuris alismatifolia. Autor y crédito: Brooke Smith – Naturalista.

Donde se encuentran bosques, están compuestos por los siguientes árboles: Nothofagus betuloides (coigüe de Magallanes), Drimys winteri (canelo), Pseudopanax laetevirens (sauco del diablo), Embothrium coccineum (notro), Maytenus magellanica (maitén), Pilgerodendron uviferum (ciprés de las Guaitecas) y Tepualia stipularis (tepú).

Bolax bovei. Autor y crédito: Álvaro Andrés D´amico Najum – Naturalista.
Sauco del Diablo (Raukaua laetevirens). Autor y crédito: Ezequiel Vera – Naturalista.
Frutilla Silvestre (Fragaria chiloensis). Autor y crédito: Rich Hoyer – Naturalista.
Notro (Embothrium coccineum). Autor y crédito: Eitel Carlos Thielemann Pinto – Naturalista.
Phyllachne uliginosa. Autor y crédito: Franco GR – Naturalista.

Matorral Magallánico

Pastizales y arbustales en la punta sur de América del Sur y también presentes en la mitad norte de Tierra del Fuego, dominados por la gramínea Festuca gracillima. En la punta sur del continente, Festuca gracillima tiende a ocupar ubicaciones con condiciones relativamente más húmedas debido a la topografía, donde se alterna con Poa rigidifolia, Rytidosperma virescens y Nassauvia darwinii. En Tierra del Fuego, está acompañada por Chiliotrichum diffusum, que forma un arbustal abierto de 0,5-0,6 m de altura, y Empetrum eamesii, Gamochaeta nivalis, Baccharis magellanica, donde esta comunidad forma un mosaico con bosques enanos de Nothofagus antarctica.

Festuca gracillima. Autor y crédito: Miguel A. Casado – Naturalista.
Nassauvia darwinii. Autor y crédito: elia2023 – Naturalista.
Gamochaeta nivalis. Autor y crédito: danplant – Naturalista.

Edmundo Pisano identifica las siguientes comunidades vegetales para la tundra magallánica: ciénagas (de Sphagnum y de Juncus, además de ciénagas de otros musgos y hepáticas); tundras de fangos de higrófitas, especies montanas y tundra arbustiva enana y briófita; gramíneas y tundras leñosas de Synusia.

Catapodium rigidum. Autor y crédito: Kathy Marie – Naturalista.
Mata Negra (Chiliotrichum diffusum). Autor y crédito: sharonkiwi13 – Naturalista.
Chilco de Magallanes (Baccharis magellanica). Autor y crédito: aezanne – Naturalista.

Las zonas boscosas de la tundra magallánica consisten de especies arbóreas tales como Nothofagus betuloides (coigüe de Magallanes), Drimys winteri (canelo), Pseudopanax laetevirens (sauco del diablo), Embothrium coccineum (notro), Maytenus magellanica (maitén), Pilgerodendron uviferum (ciprés de las Guaitecas) y Tepualia stipularis (tepú).

Rytidosperma virescens. Autor y crédito: Erwin Domínguez Díaz – Herbario Digital.
Empetrum eamesii. Autor y crédito: Daniel McRae – Naturalista.
Sauco del Diablo (Raukaua laetevirens). Autor y crédito: Nahuel Di Marco – Naturalista.

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