España Submediterránea: Bosques de la Meseta Norte – II

Afirmando poseer algunos de los últimos bosques prístinos en la densamente poblada Europa, la región noroeste de las Montañas Ibéricas cuenta con un relieve antiguo que culmina en el pico nevado de El Moncayo (2,313 m). En áreas rocosas entre los dominantes bosques de robles se encuentran dispersos importantes bosques relictos de coníferas de pino y enebro. Esta ecorregión alberga la población más grande de lobos (Canis lupus) que queda en la península ibérica. Aves rapaces como el buitre leonado, el águila real y el águila calzada, son otras especies destacadas. Muchos bosques en esta región fueron convertidos en pastizales hace mucho tiempo para la ganadería y la agricultura, y los bosques restantes son en su mayoría secundarios. Estos bosques están amenazados por incendios, así como por una caza mal regulada, que pone en peligro a mamíferos grandes como el lobo.

Pinar del valle de Valsaín; provincia de Segovia, España. Autor y crédito: Miguel303xm  – Creative Commons 3.0. Wikipedia.
San Martín del Castañar; Sierra de Francia, provincia de Salamanca, España. Autor y crédito: Gelomadrid15  – Creative Commons 4.0. Wikipedia.
Tudela de Duero; provincia de Valladolid, España. Autor y crédito: Nac – Creative Commons 3.0. Wikipedia.
Espinosa de los Monteros; provincia de Burgos, España. Autor y crédito: LBM1948 – Creative Commons 4.0. Wikipedia.

Las Montañas Ibéricas del noroeste se extienden desde las laderas meridionales mediterráneas de las Montañas Cantábricas hasta la cordillera montañosa central de Iberia. La ecorregión se caracteriza por elevaciones bajas a medias, que ocasionalmente superan los 2,000 metros (Teleño, 2,188 m; Peña Trevinca, 2,124 m). Estas montañas forman parte del antiguo sistema hercínico occidental de Iberia, que comprende elevaciones medias con un relieve suave, escasamente influenciado por la orogenia alpina. Desde el punto de vista geológico, predominan rocas paleozoicas antiguas (granito, pizarra, esquisto, conglomerados, cuarcita y arenisca).

Siete Picos; sierra de Guadarrama, provincia de Segovia, España. Autor y crédito: David Mapletoft – Creative Commons 2.0. Wikipedia.
Parque Natural de Las Batuecas y Sierra de Francia; provincia de Salamanca, España. Autor y crédito: Discasto – Creative Commons 4.0. Wikipedia.
Castañar de El Tiemblo; provincia de Ávila, España. Autor y crédito: es.topsportholidays.com – Creative Commons 2.0. Wikipedia.

Desde el punto de vista climático, la ecorregión se caracteriza por condiciones suaves de tipo Mediterráneo-Atlántico (temperaturas medias anuales entre 7-13º C, precipitaciones medias entre 500-1,000 mm), con inviernos fríos (temperatura media del mes más frío entre 0-5º C) y un período de sequía estival moderadamente intenso.

Sierra de Gredos; provincia de Ávila, España. Autor y crédito: MACfoto63 – Creative Commons 4.0. Wikipedia.
El Piélago; provincia de Zamora, España. Autor y crédito: Jlfm66 – Creative Commons 3.0. Wikipedia.
Valles de Omaña y Luna; provincia de León, España. Autor y crédito: Grandes Espacios-Turismo Activo: https://www.desnivel.com/excursionismo/reservas-de-la-biosfera-de-leon/.

Hayedos

En Castilla y León aparecen extensos hayedos (Fagus sylvatica) en las comarcas de mayor influencia de vientos húmedos (Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico) y enclaves de reducida extensión al noroeste -como extremos de su relativo reciente avance hacia la fachada atlántica- o pequeñas masas o rodales en el Sistema Central (acantonados en lugares propicios en un conjunto en general desfavorable para su propagación). En las comarcas y localidades donde están presentes se dan especiales condiciones de humedad ambiente, con nieblas frecuentes que, en verano, responden a las exigencias de esta especie de filiación eurosiberiana, relativamente poco tolerante a las heladas tardías.

Haya (Fagus sylvatica).
Roble albar (Quercus petraea). Autor y crédito: Manuel – Naturalista.
Pládano (Acer pseudoplatanus).
Fresno europeo (Fraxinus excelsior).

El haya (Fagus sylvatica) se comporta como especie de montaña, en una franja altitudinal entre los (600) 800 y 1,800 (1,900) m, asentándose preferentemente en exposiciones de umbría, en estaciones con precipitaciones al menos de 600 mm y frecuentes nieblas.

Melojo o rebollo (Quercus pyrenaica).
Quejigo (Quercus faginea subsp. broteroi). Autor y crédito: Ángel Fernández Cancio – Naturalista.
Tejo (Taxus baccata). Autor y crédito: Jeremy Schewe – Naturalista.
Acebo (Ilex aquifolium).

La fisonomía típica del hayal es la de un bosque denso en el que el dosel arbóreo asombra casi la totalidad del suelo. Por eso, bajo las copas de las hayas, apenas pueden vivir especies de menor talla y los hayedos son bosques transitables, con un subpiso en el que predominan las especies herbáceas precoces, que comienzan su ciclo vital antes de que las hayas se revistan de follaje después del período invernal de reposo: Anémona de bosque (Anemone nemorosa), jacinto estrellado (Scilla lilio-hyacinthus), hierba de la Trinidad (Hepatica americana), violeta bulbosa (Corydalis cava), Euphorbia hyberna, trébol acedo (Oxalis acetosella), etc.

arraclán (Frangula alnus). Autor y crédito: art_leostrin – Naturalista.
lúzula del bosque (Luzula sylvatica).
saxífraga (Saxifraga spathularis). Autor y crédito: desertnaturalist – Naturalista.
perianto púrpura pálido (Polygonatum verticillatum). Autor y crédito: Thomas Koffel – Naturalista.
Euphorbia hyberna. Autor y crédito: Martiño Cabana Otero – Naturalista.

Entre las especies leñosas mayores, sobre todo en terrenos silíceos, se encuentra el acebo y el arraclán (Frangula alnus). Algunas indicadoras de hayedos silicícolas son: lúzula del bosque (Luzula sylvatica), saxífraga (Saxifraga spathularis), perianto púrpura pálido (Polygonatum verticillatum). Son indicadoras calcícolas Galium cruciatum, Berza de perro (Mercurialis perennis) y heno común (Deschampsia flexuosa).

Anémona de bosque (Anemone nemorosa). Autor y crédito: akhmelyuk – Naturalista.
jacinto estrellado (Scilla lilio-hyacinthus). Autor y crédito: Mauro Sanna – Naturalista.
hierba de la Trinidad (Hepatica americana). Autor y crédito: Ken Clark – Naturalista.
violeta bulbosa (Corydalis cava). Autor y crédito: Kaydee Barker – Naturalista.
trébol acedo (Oxalis acetosella). Autor y crédito: Tatiana Strus – Naturalista.

Robledales de roble albar

Las manifestaciones más significativas en área eurosiberiana se encuentran en la Cordillera Cantábrica, principalmente en las comarcas nororientales de la provincia de León (al este del Bernesga, montes de Riaño y Sajambre, Peña Labra y cabeceras del Esla) y parte del norte de Palencia (cuencas altas del Carrión y el Pisuerga), así como el norte de Burgos, en las divisorias con la región cántabra y en valles de las zonas altas (cabecera de Trueba, cerca de Espinosa de los Monteros y cuestas del puerto de la Sía, además de los montes de Ordunte). Se trata de masas fragmentadas en altitudes entre los 600 y los 1,600 m, a menudo entremezcladas con otros bosques caducifolios (hayedos y abedulares en montañas más húmedas; melojares y quejigares en las menos) y en muchas ocasiones en monte bajo, como consecuencia de su aprovechamiento tradicional para leña o carboneo. El roble albar (Quercus petraea), aun típicamente eurosiberiano, tolera cierta influencia submediterránea.

Roble albar (Quercus petraea).
Haya (Fagus sylvatica).
Melojo o rebollo (Quercus pyrenaica).
Abedul (Betula pubescens).

Por sus menores exigencias edáficas es muy frecuente encontrarlo en laderas rocosas, con suelos pedregosos de cuarcitas, areniscas y esquistos ácidos, así como, incluso, sobre canchales y lleras donde se quedan acantonados después de incendios ganaderos en las comunidades adyacentes. Los ejemplares dispersos sobre cubiertas menores resisten bien los fuertes vientos.

Tembló (Populus tremula).
Tejo (Taxus baccata).
Serbal (Sorbus aucuparia).
Acebo (Ilex aquifolium).

De forma más restringida, se encuentran las representaciones silicícolas en el Sistema Ibérico, también en tránsito a la submediterraneidad: Sierra de San Lorenzo, Neila, Demanda, Montes de Oca, picos de Urbión, Sierra Cebollera y en el Moncayo, aunque en este último macizo fuera ya del área soriana. Estas masas y rodales de desigual extensión señalan la potencialidad de muchos enclaves para una expansión más generalizada del roble albar en este núcleo celtibérico, pues en la comarca pinariega burgalesa y soriana se observan brinzales diseminados en los pinares albares, sobre todo en fondos de valle, sobre suelos más frescos y húmedos que los de las laderas. Gran parte de esa área potencial se halla actualmente transformada en prados de siega cerrados con setos arbóreos o arbustivos menores. Son exponentes de estos robledales los de Palacios de la Sierra, Huerta de Arriba, Santa Cruz de Valle, Pradoluengo y Fresneda de la Sierra, Huerta de Arriba y Abajo, Barbadillo de los Herreros, Monasterio de la Sierra, Arguijo y Póveda de Soria. En las umbrías altas, generalmente a más de 1,500 m, quedan representados en mezcla con hayedos, mientras que en las zonas relativamente menos húmedas de franjas montañosas inferiores, se mezcla con el melojo o rebollo (Quercus pyrenaica), existiendo ejemplares híbridos o con atributos morfológicos intermedios. En Soria, también está presente en las cuencas del Razón y Tera.

Manzana (Malus sylvestris). Autor y crédito: Svetlana Nesterova – Naturalista.
Rosa villosa. Autor y crédito: Jason Grant – Naturalista.
Polystichum aculeatum. Autor y crédito: Yves Bas – Naturalista.
Fresa (Fragaria vesca). Autor y crédito: Eugene Popov – Naturalista.

En el Sistema Central el roble albar (Quercus petraea) es raro y aparece siempre en umbrías del piso más elevado (1,000-2,000 m). Se presenta en manchas y rodales en Ayllón (montes de Riaza, en el seno de hayedos y marojales o bien en formaciones arboladas mixtas con abedules (Betula pubescens), acebos (Ilex aquifolium), temblones (Populus tremula), serbales (Sorbus aucuparia) y tejos (Taxus baccata), Somosierra (de la misma forma), Guadarrama (pinar de Navafría y referencias antiguas en la vertiente segoviana del puerto de la Fuenfría y los pinares de La Garganta y Valsaín); y estribaciones de Gredos, refugiado en las umbrías. En el sur montañoso salmantino y en el Valle del Tiétar están presentes algunas poblaciones relícticas de esta especie. En todas estas sierras, puede encontrarse también aislado sobre brezales o incluso en canchales de ladera, relegado por las prácticas pastorales.

Peral (Pyrus communis). Autor y crédito: Tereso Hernández Morales – Naturalista.
Mora Azul (Vaccinium myrtillus). Autor y crédito: Yvan Papa – Naturalista.
Helecho Macho (Dryopteris filix-mas). Autor y crédito: Ian Armitage – Naturalista.
Rhamnus cathartica. Autor y crédito: Quinten Wiegersma – Naturalista.

Robledales de roble carballo

A diferencia de las carballeiras y carbayedas gallegas, asturianas, cántabras y vascas, con preferencia por las menores altitudes (no suelen sobrepasar los 1,000 m), el roble negral o carvallo (Quercus robur) en Castilla y León puede llegar a asentarse en franjas montañosas más altas en la vertiente meridional de la Cordillera Cantábrica (a partir de 1,600 m; así en el alto Carrión: Camporredondo), mientras que el roble albar (Q. petraea), generalmente más orófilo, sin embargo baja más incluso hasta los páramos.

Roble negral o carvallo (Quercus robur).
Roble albar (Quercus petraea).
Castaño (Castanea sativa).
Fresno europeo (Fraxinus excelsior).
Arce común (Acer campestre). Autor y crédito: David Ballesteros – Naturalista.
Nogal de Castilla (Juglans regia).

En el norte de la región, muchos valles y zonas de depresión, con suelos más fértiles, húmedos y frescos son hábitat adecuado para los robledales negrales, pues la especie se muestra exigente en sustratos con suficiente aporte de agua. Sin embargo, estos terrenos están habitualmente ocupados por prados de siega y diente y pastizales mesófilos y los bosques de esta especie no están sino reducidos a rodales, pequeñas masas y manifestaciones en general sometidas a tratamientos que han alterado su potencial estructura.

Olmo común (Ulmus minor). Autor y crédito: Axel Gosseries – Naturalista.
Sorbo silvestre (Sorbus torminalis).
Cerezo silvestre (Prunus avium).
Tejo Negro (Taxus baccata). Autor y crédito: Jon Mortin – Naturalista.
Arce de Montpellier (Acer monspessulanum). Autor y crédito: Augustin Soulard – Naturalista.
Álamo Temblón Europeo (Populus tremula). Autor y crédito: Tatiana Strus – Naturalista.

El roble negral viene representado por algunas manifestaciones en la parte central de la Cordillera Cantábrica (provincia de Palencia), con algunas pequeñas masas en el sector occidental (este del Bernesga, Ancares) y, con mayor significación, en el oriental (norte de Burgos: Valdebezana, valle de Mena y oriente de Treviño) y también, más al sur, en las estribaciones de la Demanda (Sierra de Mencilla, a mayor altitud). En menor medida también se encuentran localizaciones singulares en el norte de Zamora.

Acebo (Ilex aquifolium). Autor y crédito: Diego González Dopico – Naturalista.
Avellano (Corylus avellana).
Mostajo (Aria edulis). Autor y crédito: ahabo – Naturalista.
Rhamnus cathartica. Autor y crédito: Sameer Gauria – Naturalista.
Azarollo (Sorbus aucuparia).

Presencia muy significativa y de sumo interés es la de los enclaves subxerófilos y termófilos de las sierras del sur de Salamanca, en el Sistema Central (Las Batuecas, Cepeda, Miranda del Castañar) donde llega a mezclarse con esclerófilos o subesclerófilos típicos. Se trata de la subespecie extremadurensis, que también se encuentra en sierras centro-meridionales de Portugal, como la de Sintra y San Mamede.

Tejo Negro (Taxus baccata). Autor y crédito: Sim Elliott – Naturalista.
Rosal Silvestre (Rosa canina). Autor y crédito: Jürgen Reichel – Naturalista.
Madroño Europeo (Arbutus unedo). Autor y crédito: Jérémie Février – Naturalista.
Laurel de Castilla (Laurus nobilis). Autor y crédito: Duarte Frade – Naturalista.
Boj (Buxus sempervirens). Autor y crédito: Levet Bernard – Naturalista.

Castañares

Los castañares, rodales de castaño (Castanea sativa) y manifestaciones de menor entidad de esta especie típicamente calcífuga se distribuyen en Castilla y León en diversas comarcas de las provincias occidentales, donde predominan los sustratos silíceos. Los podemos encontrar en El Bierzo, sierra de La Cabrera, Sanabria-Carballeda, Aliste y sierras salmantinas, como las de Gata, Tamames-Quilama y localidades próximas (Béjar, La Alberca, Linares de Riofrío, Escurial de la Sierra, Mieza, Masueco, Miranda del Castañar, etc.) avanzando hacia el este por el sistema central en la provincia de Ávila (valles del Alberche y del Tiétar: El Tiemblo, Casillas, etc.).

Castaño (Castanea sativa).
Melojo o rebollo (Quercus pyrenaica).
Alcornoque (Quercus suber).
Pino negral (Pinus pinaster).
Cerezo (Prunus avium).

Es frecuente encontrarlo próximo, intercalado o en mezcla con el rebollo o, incluso, con el alcornoque (Quercus suber), por ejemplo, en comarcas como el Bierzo o Arribes del Duero; o el pino negral (Pinus pinaster). En zonas más húmedas se mezcla con los robles mesófilos (Quercus robur y Q. petraea), como en el norte de Léon y de Burgos. Otras posibles especies acompañantes son el cerezo (Prunus avium) o, en algunas localidades bercianas y abulenses del valle del Tiétar, el loro (Prunus lusitanica).

Roble negral o carvallo (Quercus robur).
Roble albar (Quercus petraea).
Pládano (Acer pseudoplatanus).
Abedul (Betula pubescens).
Temblón (Populus tremula).

En zonas de clima más húmedo, donde se asientan los castañares mesófilos, se dan cita como acompañantes los robles caducifolios mencionados, abedules (Betula pubescens), temblones (Populus tremula) y pládanos (Acer pseudoplatanus), además de arraclanes y peral (Pyrus cordata). Como matas mayores, se encuentran retama de escobas (Cytisus scoparius), espinagato (Genista falcata) y no suelen faltar en el estrato inferior orégano (Origanum virenso), albahaca silvestre (Clinopodium vulgare).

Arraclán (Frangula alnus). Autor y crédito: Oleg Kosterin – Naturalista.
Escoba Rubia (Cytisus scoparius). Autor y crédito: Joseph Hubbard – Naturalista.
Origanum vulgare ssp. virens. Autor y crédito: Duarte Frade – Naturalista.
espinagato (Genista falcata). Autor y crédito: Duarte Frade – Naturalista.
Albahaca Morada (Clinopodium vulgare). Autor y crédito: Luke Wildfire – Naturalista.

Bosques mixtos caducifolios

En la cornisa cantábrica se encuentran buenos ejemplos de bosques mixtos, en los que aparecen diversas especies como roble negral o carvallo (Quercus robur), roble albar (Quercus petraea), haya (Fagus sylvatica), castaño (Castanea sativa), cerezo (Prunus avium), abedul (Betula alba), nogal de Castilla (Juglans regia), aliso (Alnus glutinosa), olmo campestre (Ulmus minor), arce blanco o pládano (Acer pseudoplatanus), fresno europeo (Fraxinus excelsior), chopo negro (Populus nigra), etc. A veces se alcanzan ejemplos de gran diversidad arbórea como en Sajambre o Valdeón o los extensos bosques mixtos de las comarcas de la Laciana y Palacios de Sil.

Roble negral o carvallo (Quercus robur).
Castaño europeo (Castanea sativa). (Autor y crédito: Jörg Paul Kaspari).
Roble albar (Quercus petraea).
Haya Común (Fagus sylvatica). Autor y crédito: merisolano – Naturalista.
Arce blanco europeo (Acer pseudoplatanus). Autor y crédito: pinemartyn – Naturalista.
Fresno europeo (Fraxinus excelsior).

Los arbustos dominantes en esta diversa comunidad de las montañas del noroeste español son el avellano (Corylus avellana), arraclán (Frangula alnus), laurel (Laurus nobilis), peral (Pyrus cordata), tejo (Taxus baccata), saúco (Sambucus nigra), sarga negra (Salix atrocinerea), serbal de los cazadores (Sorbus aucuparia), mostajo (Sorbus aria), acebo (Ilex aquifolium), sauce cabruno (Salix caprea), madroño (Arbutus unedo).

Olmo campestre (Ulmus minor).
Nogal de Castilla (Juglans regia). Autor y crédito: Angel – Naturalista.
Abedul (Betula alba).
chopo negro (Populus nigra). Autor y crédito: Pep Ferrer – Naturalista.
Cerezo (Prunus avium).

Todos estos bosques tienen un gran valor como elemento singular del paisaje, debido a su gran heterogeneidad, a sus colores cambiantes a lo largo del año, excepcionalmente llamativos en otoño, y al fuerte contraste que se produce con las comunidades más xerófilas o mediterráneas del entorno.

avellano (Corylus avellana). Autor y crédito: Diana Fonseca – Naturalista.
laurel (Laurus nobilis). Autor y crédito: Paulo Lopes – Naturalista.
Arraclán (Frangula alnus). Autor y crédito: donny_darksouls – Naturalista.
saúco (Sambucus nigra). Autor y crédito: Mononymous – Naturalista.
sauce cabruno (Salix caprea). Autor y crédito: Martin A. Prinz – Naturalista.
madroño (Arbutus unedo). Autor y crédito: Jeremy Barker – Naturalista.
serbal de los cazadores (Sorbus aucuparia). Autor y crédito: Maxence Germain – Naturalista.

Melojares

Los rebollares (Quercus pyrenaica) son muy abundantes en las provincias occidentales de la región, en el Sistema Central y en los enclaves silíceos del Sistema Ibérico. Asimismo, se encuentra con profusión en el piso medio de la vertiente meridional de la Cordillera Cantábrica, en las provincias de León y Palencia. Normalmente se sitúa entre los 700-800 m y los 1,200, llegando localmente hasta los 1,700 m. La amplia distribución de este roble atiende a tres características propias: su carácter submediterráneo, que le permite soportar sequía estival y continentalidad acusada, su intolerancia a los suelos calizos (salvo circunstancias puntuales) y su gran capacidad para rebrotar de raíz y cepa que le beneficia en zonas con presión por incendios o pastoreo.

Melojo o rebollo (Quercus pyrenaica).
Castaño europeo (Castanea sativa).
Roble albar (Quercus petraea).
Roble carvallo (Quercus robur).
Sorbo silvestre (Sorbus torminalis).

Se asocia a castaños (Castanea sativa) y robles albares (Quercus petraea) y, excepcionalmente, en comarcas más bajas y mediterráneas llega a contactar con el alcornoque (Quercus suber) y el madroño (Arbutus unedo). El quejigo (Quercus faginea subsp. broteroi) convive disperso en los melojares del cuadrante suroccidental de la región. La subespecie faginea también se mezcla con el melojo en ciertos enclaves de raña silícea en el valle medio del Arlanza (por Madrigal del Monte) o en otras localidades del tercio septentrional burgalés. En zonas de transición, aparecen otros robles más mesófilos como el albar y el negral o carvallo (Quercus petraea y Q. robur), como en montañas silíceas de contacto entre los ámbitos mesófilo y submediterráneo, por ejemplo, en Las Omañas leonesas y la cuenca del Bibey en Zamora, en el valle del Sil y en Las Batuecas.

Quejigo (Quercus faginea subsp. broteroi).
Alcornoque (Quercus suber).
Arce de Montpellier (Acer monspessulanum).
Madroño (Arbutus unedo).
Tejo (Taxus baccata).

En su área se insertan en complejos mosaicos de encinares, pinares negrales y fresnedas de fresno de hojas anchas (Fraxinus angustifolia). En el dosel arbóreo o subarbóreo de sus masas pueden acompañar mostajos (Sorbus aria, S. torminalis), arces (Acer monspessulanum), acebos (Ilex aquifolium) y tejos (Taxus baccata). Los matorrales de sustitución están constituidos por piornales de escoba verde (Genista florida), escobonales negros (Cytisus scoparius, localmente también Cytisus striatus), brezales de brezo rubio (Erica australis) o, en laderas más húmedas, de brezo arbóreo (Erica arborea), ambos con sus habituales componentes. Es fiel acompañante del brezo bermejo (Erica cinerea). En orlas y cierres, son abundantes los espinares caducifolios, mono o multiespecíficos: majuelos, escaramujos, endrinos, zarzas, donde puede estar presente algún peral silvestre (Pyrus pyraster) o maíllos (Malus sylvestris). En las laderas más secas, se instalan jarales de jara (Cistus laurifolius) y en los robledales de las penillanuras occidentales se intercalan escobonales blancos de escoba blanca (Cytisus multiflorus).

Majuelo (Crataegus monogyna). Autor y crédito: Teresa Grau Ros – Creative Commons 2.0. Wikipedia: https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Crataegus_monogyna#/media/File:Crataegus_monogyna_fulles_tardor_PC130008_(50739669497).jpg.
Brezo Blanco (Erica arborea). Autor y crédito: CorentinD – Naturalista.
Rosal Silvestre (Rosa canina). Autor y crédito: Thierry Arbault – Naturalista.
Retama Blanca (Genista florida). Autor y crédito: desertnaturalist – Naturalista.
Endrino (Prunus spinosa). Autor y crédito: Chmee2 or Mates – Creative Commons 3.0. Wikipedia: https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Prunus_spinosa_in_October#/media/File:Prunus_spinosa_(1).jpg.
Escoba Rubia (Cytisus scoparius). Autor y crédito: Y. Liu – Naturalista.
Rubus vestitus. Autor y crédito: Guerric Haché – Naturalista.
Brezo Rubio (Erica australis). Autor y crédito: Duarte Frade – Naturalista.

Quejigares

El roble enciniego o carrasqueño (Quercus faginea) es una de las frondosas exponentes del ámbito subesclerófilo en la región, junto con su congénere el marojo, que, sin embargo, es algo menos xerófilo. El quejigo, aun siendo indiferente a la naturaleza del suelo, abunda con mayor profusión en los terrenos básicos, calizos e incluso margosos yesíferos, a las altitudes intermedias características del piso de este ámbito (600/800 – 1,100 m), alternando en muchas ocasiones con la encina (Quercus ilex subesp. ballota), que soporta suelos más secos y laderas más soleadas.

Roble enciniego o carrasqueño (Quercus faginea).
Melojo o rebollo (Quercus pyrenaica).
Arce común (Acer campestre).
Sorbo silvestre (Sorbus torminalis).

Al norte regional, se encuentra en las comarcas septentrionales palentinas (Ojeda y Campo) y continúa en tierras burgalesas en Sedano y Las Loras, las Merindades en el Alto Ebro y hasta el valle de Mena. Como corresponde a comarcas más húmedas, las agrupaciones de sustitución son matorrales con cierto matiz mesófilo, como los olaguinares de aulaga (Genista hispanica), además de setos y espinares caducifolios. En el arco burgalés-soriano, este roble aparece ligado a las estribaciones orientales y meridionales de las sierras ibéricas, encontrándose en las comarcas de Demanda y Arlanzón, y en Soria, en las de Osma, Almazán y Medinaceli. En el entorno central de la región, hay masas destacables en el noreste segoviano (tierras de Sepúlveda y Fuentidueña, principalmente), en el Cerrato palentino – vallisoletano y en la Tierra de Campos, así como en los Montes Torozos, campo de Peñafiel, etc.

Encina (Quercus ilex subesp. ballota).
Alcornoque (Quercus suber).
Arce de Montpellier (Acer monspessulanum).
Mostajo (Sorbus aria).

Los rasos y claros del robledal o del arbolado donde participa el roble llevan, como agrupaciones inmaduras, los aliagares y matorrales calcícolas típicos de su área, entre los que son abundantes matorrales de escasa talla y de mezcla de herbáceas y leñosas o sufruticosas (tomillares, ajedreales, escobillares y pastizales leñosos). Algunos quejigares de Segovia o de Soria se asientan sobre materiales silíceos de raña. En la montaña leonesa aparece en los enclaves más térmicos (Crémenes, Luna) y repartido por las comarcas de páramos y llanuras; y en Ávila, más escaso que en el conjunto regional, se le ve localizado en parajes del sur y este.

guillomares (Amelanchier ovalis). Autor y crédito: Balles2601 – Creative Commons 4.0. Wikipedia: https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Amelanchier_ovalis#/media/File:Amelanchier_ovalis_2601.jpg.
Biércol (Calluna vulgaris). Autor y crédito: tabacwoman – Naturalista.
Escobilla Parda (Artemisia campestris). Autor y crédito: Stephan Pflume – Naturalista.

En su área, forman masas puras o bien se insertan en mosaicos con otras formaciones arboladas, principalmente encinares y también, en el Sistema Ibérico, hayedos mesófilos. Destacan algunas masas mixtas con rebollo y suele estar en vecindad de sabinares albares. Como secundarias, suelen llevar arce campestre (Acer campestre), escarro (A. monspessulanum) y mostajo (Sorbus aria), sorbo silvestre (S. torminalis). Los matorrales que le corresponden, algunos de ellos calcícolas genuinos son los biercolares (Calluna vulgaris, Erica vagans), gayubares, olaguinares, esquenares (Juniperus communis), guillomares (Amelanchier ovalis) y bujedos, además de grandes extensiones de mato-aliagares, esplegares y tomillares.

esquenares (Juniperus communis). Autor y crédito: burkardleitner – Naturalista.
Biércol (Erica vagans). Autor y crédito: Ángel Fernández Cancio – Naturalista.
Aulaga (Genista scorpius). Autor y crédito: jltasset – Naturalista.

Los setos mesófilos, caducifolios e inermes, sirven de cierre de las masas más densas y se distribuyen dispersos en los claros de los quejigares abiertos. En el sector occidental, la subespecie broteroi es frecuente en ámbito de encinares (Quercus ilex subesp. ballota), melojares (Q. pyrenaica) y alcornocales (Q. suber), participando también en las dehesas.

Boj (Buxus sempervirens). Autor y crédito: Bertrand M – Naturalista.
aulaga (Genista hispanica). Autor y crédito: Alba – Naturalista.
Lavanda (Lavandula dentata). Autor y crédito: Tomáš Vrána – Naturalista.

Bosques mixtos subesclerófilos

Se trata de bosques mixtos marcescentifolios, con participación de algún caducifolio estricto, como el escarro (Acer monspessulanum), ácere (A. campestre), orón (A. opalus); cerezos silvestres (Prunus avium), mostajos, serbales y sorbos silvestres (Sorbus aria, Sorbus torminalis, etc.). En situaciones óptimas, constituyen formaciones densas, pero su extensión suele ser reducida y encontrarse masas que en muchos casos no pasan de ser rodales más o menos extensos.

Arce de Montpellier (Acer monspessulanum).
Roble melojo o rebollo (Quercus pyrenaica).
Mostajo (Sorbus aria).
Labiérnago (Phillyrea angustifolia).

En estos bosques cabe incluir las formaciones arboladas mixtas de frondosas subesclerófilas con perennifolias, principalmente las de melojos (Quercus pyrenaica) con encinas (Q. ilex subsp. ballota), o quejigos (Q. faginea) con la misma encina.

Orón (Acer opalus).
Quejigo (Quercus faginea).
Madroño (Arbutus unedo).
Fresno europeo (Fraxinus excelsior).

Bosque mixto en zonas con influencia mediterránea sobre calizas, en las que hayedos y encinares entran en contacto. En las zonas bajas acompañan a la encina (Quercus ilex subesp. ballota), quejigos (Quercus faginea), madroños (Arbutus unedo), mostajos (Sorbus aria), escarros (Acer monspessulanum), fresnos europeos o comunes (Fraxinus excelsior), labiérnagos (Phillyrea angustifolia) y durillos (Viburnum tinus). En la parte alta domina el haya (Fagus sylvatica).

Encina (Quercus ilex subesp. ballota).
Haya (Fagus sylvatica).
Arce común (Acer campestre).
Durillo (Viburnum tinus).

Abedulares

Los abedulares espontáneos se pueden ver frecuentemente como arbolado joven, colonizador, pionero, que busca con preferencia los enclaves con humedad, donde puede pervivir largo tiempo hasta hallarse sumergidos en bosques mixtos en donde no suelen faltar otras especies accesorias como tejos (Taxus baccata), acebos (Ilex aquifolium), serbales (Sorbus aucuparia) y cerezos (Prunus avium; P. padus). En su área principal de dispersión, de hecho, se le ve expandirse sobre brezales cuando éstos han dejado de tratarse para el aprovechamiento ganadero y no se encuentran ya estabilizados mediante el fuego, lo que además se ve beneficiado por el rápido crecimiento de la especie y su tolerancia a los suelos ácidos de las tierras de brezo. También aparece repartido por el área como consecuencia de su uso en forestación de tierras agrícolas marginales.

Abedul blanco (Betula alba). Autor y crédito: Tatiana Strus – Naturalista.
Tejo (Taxus baccata)
Serbal (Sorbus aucuparia).

El abedul blanco (Betula alba) aparece preferentemente en las montañas cantábricas (norte de León, Palencia y Burgos) y en menor medida en el Sistema Ibérico (Burgos y Soria). Coexiste en la comarca de las Merindades, en la Demanda y en el condado de Treviño con el abedul plateado (Betula pendula).

Abedul plateado (Betula pendula).
Acebo (Ilex aquifolium).
Cerezo (Prunus avium).

Los rodales de abedul de mayor entidad y significación en el paisaje aparecen en comarcas leonesas y zamoranas: Ancares, Laciana, alto Sil, alto Órbigo, las Omañas (Murias de Paredes), cuenca norte del Esla, sierra de La Cabrera y en la Sanabria limítrofe con Orense, en la Culebra y en La Carballeda (cuenca del Río Negro).

Brezo Rubio (Erica australis). Autor y crédito: Alexandre H. Leitão – Naturalista.
Gentiana lutea. Autor y crédito: marcelpolling – Naturalista.

La preferencia por suelos húmedos, incluso encharcados, con aguas freáticas subsuperficiales hace posible encontrar al abedul como árbol constituyente de los bosques de ribera de zonas más bajas, como en el Esla, en el Carrión y Pisuerga, el páramo de Valdavia y, como singularidades, los rodales relícticos del Cega (Cuéllar, Lastras) y las manifestaciones, ya desaparecidas, que existieron en la umbría del cañón del Eresma, cercano a Coca, de las que se encuentran referencias fiables.

Brezo Blanco (Erica arborea). Autor y crédito: e2-lia-vazquez – Naturalista.
Arándano Negro (Vaccinium uliginosum). Autor y crédito: Erika Mitchell – Naturalista.

Más disperso aparece en el Sistema Central (Segovia -Riaza, Riofrío de Riaza, Santo Tomé, Navafría- Ávila y Salamanca). En el entorno de Somosierra y en El Espinar la especie más abundante es el abedul plateado (Betula pendula), de corteza blanca más lechosa.

Mora Azul (Vaccinium myrtillus). Autor y crédito: Natalia Zakhartseva – Naturalista.
Genista obtusiramea. Autor y crédito: Miguel A. Casado – Naturalista.

Pinares de pino silvestre o albar

Los pinares de pino silvestre o albar (Pinus sylvestris) más maduros son bosques densos, cerrados, con cortejo de algunos otros árboles que, localmente, pueden prosperar formando rodales de mayor entidad: abedul blanco (Betula alba) (Navafría y vertiente segoviana del Sistema Central) y abedul plateado (Betula pendula) (pinar de la Garganta de El Espinar), acebo (Ilex aquifolium) (Valsaín), tejo (Taxus baccata), temblón (Populus tremula) (Cancha de los Alamillos, en Valsaín, con cerezo (Prunus padus), muy poco frecuente en el Sistema Central), serbal de los cazadores (Sorbus aucuparia), mostajo (Sorbus aria), sauce cabruno (Salix caprea) (Urbión, Cebollera), cerezo silvestre (Prunus avium), avellano (Corylus avellana), etc.

Pino silvestre o albar (Pinus sylvestris).
Abedul blanco (Betula alba).
Abedul plateado (Betula pendula).
Temblón (Populus tremula).
Cerezo silvestre (Prunus avium).

En los pinares naturales de pino albar montano más puro, en las estaciones menos secas suele estar presente el enebro común (Juniperus communis subsp. communis) y en zonas más altas, J. communis subsp. alpina. También son frecuentes, sobre todo en claros, piorno (Cytisus oromediterraneus), cambroño (Adenocarpus hispanicus), brezo arbóreo (Erica arborea) y otras especies de matas ericáceas, como el brezo rubio (E. australis), brezo (E. vagans), quiruela (E. umbellata), arándano silvestre (Vaccinium myrtillus) (sobre todo en el Ibérico), la gayuba (Arctostaphylos uva-ursi), etc. El Pinar de Velilla de Río Carrión aparece próximo a manifestaciones de J. sabina. En el Sistema Central, y en contacto con la franja de los rebollares subesclerófilos de roble rebollo o melojo (Quercus pyrenaica) son más abundantes la escoba verde (Genista florida), Retama de escobas (Cytisus scoparius) y jara (Cistus laurifolius). En el núcleo central, más xerófilo, se encuentran la Hiniesta (Genista cinerascens) y Jaguarzo (Halimium viscosum).

Mostajo (Sorbus aria).
Acebo (Ilex aquifolium).
Cerezo (Prunus padus).
Tejo (Taxus baccata).
Serbal de los cazadores (Sorbus aucuparia).

Entre las espinosas caducifolias, abundan las zarzas (Rubus ulmifolius, R. idaeus) y es muy frecuente el helecho (Pteridium aquilinum) colonizando los claros, por su carácter heliófilo. También es habitual Lonicera periclymenum. Especies que acompañan a las plantas citadas del subpiso o que, como ellas, pueden verse en claros y rasos del pinar son: Loniceraxylosteum, Ribespetraeum, R. alpinum, Rhamnusalpina, Rh. catharticus, Calluna vulgaris y Thymus pulegioides.

Mora Azul (Vaccinium myrtillus). Autor y crédito: Илья Руденко – Naturalista.
piorno (Cytisus oromediterraneus). Autor y crédito: jltasset – Naturalista.
Retama Blanca (Genista florida). Autor y crédito: Milan Chytrý – Naturalista.
Brezo Blanco (Erica arborea). Autor y crédito: Milan Chytrý – Naturalista.

En las áreas de pinar subxerófilo calcícola aparecen como acompañantes o próximos Amelanchier ovalis, Rhamnus saxatilis, Genista scorpius, algunas Sideritis, Thymus y Helianthemum. A menor altitud, el pinar es sustituido por un timo-aliagar con presencia de tollaga (Genista pumila). En las partes altas calcáreas del Sistema Ibérico, pueden encontrarse Erinacea anthyllis y Hormatophylla spinosa (esta última, también presente en la Cantábrica leonesa). Los tomillos más frecuentes son Thymus pulegioides y Th. mastigophorus.

Gayuba (Arctostaphylos uva-ursi). Autor y crédito: Eric Lamb – Naturalista.
cambroño (Adenocarpus hispanicus). Autor y crédito: Ángel Fernández Cancio – Naturalista.
Escoba Rubia (Cytisus scoparius). Autor y crédito: schmidtpeter – Naturalista.
Brezo Rubio (Erica australis). Autor y crédito: israelhervas – Naturalista.

Pinares de pino pudio

El pino pudio (Pinus nigra subsp. salzmannii) es más xerófilo que el albar y tolera mejor el frío que el negral, de manera que encontraría su área natural de expansión preferentemente en sierras calizas con continentalidad acusada, como las del levante regional (Sistema Ibérico), a altitudes intermedias, pues en los pisos superiores el dominio es del pino silvestre. La mayor continentalidad de los reductos castellanos indicaría que se trata de un ecotipo mejor adaptado que otras variedades peninsulares.

Pino pudio (Pinus nigra subsp. salzmannii).

Los dos núcleos naturales existentes de la especie (Pinus nigra subsp. salzmannii) son en realidad conjuntos de manifestaciones de escasa extensión. Uno de ellos, más continuo, aparece en la comarca soriana de Pinares, en concreto sobre laderas y roquedos calizos en el entorno del cañón del río Lobos, llegando algunas manifestaciones a la sierra de Cabrejas y, aún más al norte, al macizo de Urbión. El otro núcleo comprende rodales y golpes aislados en el Sistema Central, sobre sustratos silíceos de rocas plutónicas, tanto en Segovia (Sierra de Guadarrama), como en las estribaciones orientales de Gredos y el valle del Tiétar (Valle de Iruelas, El Tiemblo, Mijares, Piedralaves, etc.), hasta el entorno del puerto de El Arenal. En el primer sector mencionado, el pino vive a altitudes entre 1,000 y 1,200 m, mientras que en el segundo puede llegar a subir más (1,500 a 1,700 m), integrándose en la franja transicional al ámbito de las coníferas de montaña, sumido en áreas de pinar de silvestre.

Escoba Rubia (Cytisus scoparius). Autor y crédito: tiner – Naturalista.
Jaguarzo Morisco (Cistus salviifolius). Autor y crédito: jltasset – Naturalista.
Cytisus striatus. Autor y crédito: smmribeiro – Naturalista.

Los ejemplares, rodales y masas de pino pudio de la Carpetana se integran en un mosaico de piezas de paisaje en el que domina o se encuentra próximo el pino albar (Pinus sylvestris), y también, sobre todo, los robledales de rebollo o melojo (Quercus pyrenaica), los castañares (Castanea sativa) y, en estaciones algo más calientes, el pino resinero o negral (Pinus pinaster). Los matorrales más frecuentes son los de leguminosas (escobonales de Cytisus scoparius) y los de cistáceas (estepares o jarales de Cistus laurifolius).

Estepa (Cistus laurifolius). Autor y crédito: Ángel Fernández Cancio – Naturalista.
Cytisus multiflorus. Autor y crédito: Santiago Sardinero – Naturalista.
Jara Pringosa (Cistus ladanifer). Autor y crédito: Ángel Fernández Cancio – Naturalista.

Pinares de pino negral

Los pinares de pino negral (Pinus pinaster) representan unas de las formaciones más significativas del paisaje castellano – leonés en el ámbito submediterráneo, en gran medida debido a la extensión de sus masas, con extraordinaria continuidad superficial, fácilmente constatable en las cartografías. En algunos de los casos, son tan relevantes que llegan a dar nombre a algunas demarcaciones naturales (como la Tierra de Pinares segoviana).

Pino negral (Pinus pinaster).
Rebollo o melojo (Quercus pyrenaica).
Encina Carrasca (Quercus rotundifolia). Autor y crédito: Ángel Fernández Cancio – Naturalista.
Quejigo (Quercus faginea).

Las masas de pino negral suelen ser de densidad variable, pero en todo caso (como es general entre las coníferas xerófilas) el dosel de copas superior deja penetrar suficiente luz hacia el subpiso, de manera que éste suele estar constituido por matorrales y cubiertas menores muy semejantes a las de los claros y rasos que aparecen en sus masas.

Enebro de la Miera (Juniperus oxycedrus). Autor y crédito: Ángel Fernández Cancio – Naturalista.
Jara Pringosa (Cistus ladanifer). Autor y crédito: stuffshellyobserves – Naturalista.
Torvisco (Daphne gnidium). Autor y crédito: Paulo Lopes – Naturalista.
Genista cinerascens. Autor y crédito: pedrosanz-anapri – Naturalista.

En los Montes de León (estribaciones y vertientes orientales de la Sierra del Teleno y la Sierra del Pinar, La Maragatería), se encuentran los afamados pinares de Tabuyo del Monte, en los que la especie se muestra como ecotipo de piñas serotinas y maduración temprana de los individuos, que pueden producir piña a partir de los cuatro años de edad. Sin duda, se trata de una adaptación evolutiva a la repetición de incendios originados por tormentas secas y, desde épocas históricas, por la actividad ganadera. Su área potencial de dispersión en este núcleo se extendería aún más, por todas las solanas de laderas más o menos escarpadas, con poco suelo, en la franja altitudinal correspondiente al tipo (800 – 1,200 incluso bajando a los 400 y subiendo hasta los 1,600 m). En la Sierra de La Cabrera, en la muga con Zamora, se han hallado tocones viejos que prueban su pasada expansión.

Enebro (Juniperus communis). Autor y crédito: Jennifer Heron – Naturalista.
Estepa (Cistus laurifolius). Autor y crédito: Ángel Fernández Cancio – Naturalista.
Romero (Salvia rosmarinus). Autor y crédito: Patrice D’Onofrio – Naturalista.
Escoba Rubia (Cytisus scoparius). Autor y crédito: Karol – Naturalista.

En el Sistema Central, ocupa las vertientes meridionales en la provincia de Ávila, por la cuenca más termófila del valle del río Tiétar, buscando por tanto las solanas en donde trepa hasta los 1,600 m en que alcanza al pino albar (Pinus sylvestris) y se pone en contacto con las exiguas manifestaciones de pino pudio (Pinus nigra subesp. salzmannii) del sector. Baja por el norte hacia la comarca pinariega de llanura entre Valladolid, Ávila y Segovia, estando representado con profusión en La Moraña abulense y en la Tierra de Pinares. Cerrando el área en la orla montañosa regional, en Salamanca se encuentra en la Sierra de Gata.

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. JOSE FRANCISCO FERNANDEZ dice:

    mas que submediterráneo, podría decirse que predominan bosques subatlánticos, pues la estructura forestal descrita es mas propia de los bosques caducifolios que de los mediterráneos

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    1. oreomunnea dice:

      Hola José Francisco; en verdad dichos bosques más bien son de tipo subatlántico, en donde hay un ecotono y obvia mezcla de especies mediterráneas/submediterráneas con aquellas eurosiberianas de clima templado oceánico con lluvias todo el año. En cuanto al clima, éste es de tipo mediterráneo continentalizado, con veranos calurosos e inviernos muy fríos, que recibe influencia oceánica del Atlántico en su sector más occidental. Gracias por la precisión; esperamos que te agraden nuestros próximos temas. Saludos cordiales.

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